Renovables: por qué son importantes
Estamos inmersos en la primera crisis energética mundial, tal y como detalla World Energy Outlook (publicación sobre análisis y proyecciones de la Agencia Internacional de la Energía, IEA). El 90% del aumento de la presión mundial sobre los precios de la electricidad se debe a los elevados precios del gas, petróleo y carbón. El choque energético mundial nos hace darnos cuenta de que este débil sistema energético, dependiente en gran medida de recursos no renovables, es insostenible. Según la IEA, esta crisis energética ha estimulado la instalación y el uso de células solares fotovoltaicas y energía eólica desde 2022, que seguirán creciendo en los próximos años. Estas energías renovables son cruciales para reducir la contaminación, generar energía limpia y hacer frente a los problemas de seguridad energética. Además, la energía creada será más barata y asequible. Aprovechar el enorme potencial de la energía solar, eólica e hidroeléctrica puede acelerar la economía energética.
El futuro de la energía reside en la aplicación de los recursos renovables, principalmente, el viento, la luz solar, el agua y la geotermia. Los esfuerzos globales combinados en la aplicación inteligente de estos recursos naturales pueden ayudar a que el planeta Tierra siga siendo verde. Pueden sellar eficazmente la brecha reduciendo los déficits energéticos y satisfaciendo las crecientes demandas.
España es un país rico en recursos naturales, con abundantes recursos energéticos renovables dispersos geográficamente: cada región del país tiene acceso a múltiples recursos energéticos renovables, gracias las cuales cuenta con una importante capacidad instalada en energía eólica y solar, especialmente en regiones como Extremadura, Andalucía, Castilla la Mancha, así como Murcia, Aragón y Castilla y León. También es uno de los líderes mundiales en energía eólica, teniendo parques eólicos, especialmente en Castilla y León, Galicia y Andalucía. Es importante mencionar otros recursos renovables como los geotérmicos (Cataluña, Galicia, Castilla y León y Andalucía) y biomasa (siendo Andalucía, Galicia y Castilla y León las regiones que registran un mayor consumo debido principalmente a la presencia en ellas de empresas demandantes).
Este potencial permite a España jugar un papel destacado en el desarrollo y fomento de tecnologías renovables, provenientes principalmente del sol y el viento.
Por primera vez desde que la electricidad empezó a redefinir nuestra civilización hace más de 120 años, tenemos la oportunidad de producir nuestra propia electricidad y ser independiente de la red, especialmente en países en desarrollo o en islas pequeñas. Al igual que la tecnología de telefonía móvil ha superado las líneas telefónicas convencionales, los sistemas renovables distribuidos pueden superar el paradigma convencional de la red eléctrica y su necesidad de grandes inversiones en infraestructuras.
En este sentido, cabe destacar la escalabilidad como una característica excepcional de muchas energías renovables (como la solar o la eólica) lo que permite ofrecer soluciones a todos los niveles y para todas las necesidades energéticas, desde una fracción de vatio para aplicaciones portátiles de consumo hasta centrales industriales de escala GW. Tanto si se prefiere un sistema energético centralizado como descentralizado, las energías renovables pueden aportar soluciones. Aunque esto supone, en esencia, una transformación positiva y fundamental de la sociedad, existe una intensa resistencia al cambio que tiende a ralentizar este tipo de revoluciones.
A lo largo de la historia, los países con grandes recursos naturales siempre han sufrido el riesgo de ser invadidos o colonizados. Estos riesgos han aumentado desde la Segunda Guerra Mundial (desde una perspectiva política y social, la energía es poder), debido a la importancia estratégica de las reservas de petróleo y gas. Esta situación ha provocado numerosas crisis y guerras en la segunda mitad del S. XX, dando lugar además a desestabilizaciones económicas.
Por el contrario, las energías renovables están prácticamente en todas partes. España presenta altos niveles de recurso solar, así como otros países con bajo recurso solar pueden tener un alto recurso eólico (Dinamarca), mareomotriz (Reino Unido), o geotérmico (Islandia). La distribución y características de estas energías, y su aprovechamiento, reducen tensiones geopolíticas (es poco probable que un país invada a otro para beneficiarse de sus recursos renovables).
Para el despliegue masivo de las energías renovables es necesario disponer de información precisa sobre sus recursos naturales (principal fuente de incertidumbre en proyectos renovables). A este respecto, la inteligencia artificial ha irrumpido como un actor principal en la mejora del conocimiento y predicción de los recursos renovables: Un mayor despliegue de instrumentos de medición unidas a aprendizaje automático favorecerá la aplicación de inteligencia meteorológica para una variedad de aplicaciones.